SALUD

Comprender el contexto en el que ocurren los problemas de la salud y relacionarlos con procesos generales tanto socio-económicos como ambientales, para poder actuar sobre territorios.

Dentro de la Salud Pública la vigilancia epidemiológica es uno de los instrumentos con mayor aplicación en el mundo para registrar sistemáticamente la ocurrencia de enfermedades y sus determinantes en un área geográfica determinada.

El Ecuador experimenta con mucha frecuencia brotes, epidemias, y presencia de enfermedades transmisibles de alto potencial epidémico, como es el caso de la fiebre amarilla, el dengue, la malaria, leptospirosis, chagas y recientemente el COVID-19.

En los últimos años, el Instituto de Geografía, en asociación con científicos provenientes de las ciencias sociales, biológicas y ambientales, tiene como objetivo aportar al entendimiento de las diferentes problemáticas de salud en las comunidades rurales y urbanas del Ecuador. Desde una perspectiva interdisciplinaria se abordan problemas relacionados con las transformaciones de los ecosistemas y cómo éstas afectan el bienestar de las poblaciones humanas. Por ejemplo, fenómenos como la deforestación, el avance de la frontera extractiva y urbana, así como la contaminación ambiental constituyen las principales causas para el aparecimiento de enfermedades zoonóticas y aquellas trasmitidas por vectores.

La diversidad de abordajes metodológicos en el área de geografía y salud nos han permitido entender los patrones espaciales y temporales de la dispersión de las enfermedades (e.g. Malaria, COVID-19), considerando las interacciones entre personas, sociedad, espacio y ambiente. Para esto se ha contado con el apoyo del Ministerio de Salud del Ecuador, principalmente de la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica, quienes nos han proporcionado información relevante para entender las dinámicas de las enfermedades en una sociedad y ambiente cambiantes. Además, a través del monitoreo participativo de los territorios se empodera a las comunidades locales a tomar medidas de acción encaminadas al mantenimiento de los ecosistemas, lo que asegura una adecuada salud humana.