SOSTENIBILIDAD

Monitoreando el Avance de los Objetivos de Desarrollo Sustentable

Los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) son objetivos de desarrollo global acordados en el 2015 y buscan ser alcanzados para el 2030. Todos los países del planeta aceptaron cumplirlos hasta el 2030, incluido el Ecuador. Así, estos objetivos son 17 y plantean horizontes que incluyen la erradicación de la pobreza (ODS1), del hambre global (ODS2), la garantía de educación de calidad (ODS4), seguridad en agua y saneamiento (ODS6), acceso a energías limpias (ODS7), entre otros (Ver Figura). Estos no significa que todos los países deben seguir una misma línea predefinida de desarrollo o ideológica. Los ODS solo marcan horizontes generales que cada país puede lograr mediante sus diferentes esquemas institucionales, económicos, y políticos.

Sin embargo, muchos de estos objetivos están lejos de ser alcanzados en esta próxima década. Por ejemplo, una de las metas del ODS estima que para el 2030, la pobreza debe reducirse en cerca del 50%. En Ecuador, para el 2017 esta alcanzaba el 22%; aunque debido a la pandemia se estima que este número ahora puede superar el 35%. Por otro lado, en el país cerca del 70% de la población aún no tiene acceso a sistemas de alcantarillado y saneamiento seguro. Esto quiere decir, por ejemplo, que sus excretas y similares no son evacuados por redes seguras y que son depositadas seguramente. Esto además de limitar el cumplimiento del ODS6, tiene importantes impactos en salud pública y propagación de enfermedades, desarrollo y mortalidad infantil, desnutrición por infecciones, actividades productivas, y otras. Similarmente, el crecimiento de cerca del 25% de los niños aún es afectado por altos niveles de desnutrición e infecciones (ODS2).

Además, estos desafíos no solamente indican desafíos actuales como los mencionados. Si no también los desafíos futuros que el país debe seguir. Por ejemplo, una reactivación económica nacional en los próximos años debe venir acompañada de suficientes capacidades energéticas que empujen este desarrollo (ODS6). El país más del 65% de la energía que el país consume aún viene de combustibles fósiles. Esto tendría repercusiones no solamente ambientales si no también en pérdida da de competitividad por el camino global hacia energías renovables.

Para poder cumplir con estos desafíos es necesario series de intervenciones y estrategias tanto públicas como privadas y mixtas. Una de ella es la necesidad de invertir fuertemente en infraestructura, datos, e instituciones que fortalezcan los sistemas productivos, hídricos, alimentarios, educativos, de salud, y otros. Importantemente, las inversiones en infraestructuras y claves pueden generar interdependencias que fortalezcan varios sistemas a la vez. Por ejemplo, la inversión en infraestructura para transporte puede impactar en reducción de pobreza, acceso a educación, acceso a trabajo decente. También, invertir en energía no solo facilita el ODS7 pero puede ayudar al ODS6 por la necesidad de energía del sector agua para procesos de extracción de aguas o funcionamiento plantas de tratamiento y otros. Además, la infraestructura hídrica, además de facilitar el ODS6 puede ayudar a implementar sistemas riego y contribuir a reducir hambre (ODS2), mejorar la vida en ecosistemas (ODS15), o reducir riesgos como inundaciones y sequías (ODS13). En el Instituto de Geografía estudiamos, entendemos y diseñamos estas estrategias que faciliten y potencialicen estas interdependencias entre sectores claves. Así, buscamos generar herramientas numéricas y gráficas que ayuden a entender los beneficios y necesidades de diferentes inversiones y estrategias en términos de consecución de ODS. Esto también incluye poner estas estrategias con visión ODS en perspectivas de costos financieros y operativos, niveles de resiliencia, y empate con objetivos de desarrollo nacionales u otros acuerdos internacionales como el climático de Paris del 2016.